Gran victoria en los nevados

Historias de montaña y aventura

El lunes 23 de Junio comenzó la carrera en el hermoso Valle del Cocora. A las 9:00 se oyó el conteo regresivo: comenzó la Travesía Max Adventure Bosi 2003. Nosotros ya teníamos planeado que íbamos a salir despacio, eran 4 o 5 días de carrera y más de 380 Km por recorrer, si trotábamos como si estuviéramos en la ½ maratón, nos íbamos a desgastar innecesariamente, había que guardar para la prueba reina de la carrera: El ascenso a la cumbre del gran Nevado del Ruiz. A ese ritmo llegamos a PC1 de sextos, allí estaban las bicicletas. Había que armar los manubrios, los pedales y la llanta delantera, fue un cambio lento pero tranquilo, salimos de octavos de este PC pues otros equipos tenían las bicis enteras. Arrancamos en bici también a nuestro paso y comenzamos a recuperar posiciones. Montamos por trochas bacanísimas, todas pedaleables y luego por carreteras pavimentadas hasta el PCT4 en un lugar llamado Boquia a orillas del río La Vieja, a donde llegamos en la quinta posición.

En el PCT4 encontramos la primera sorpresa de la carrera: las balsas para el tramo de canotaje no estaban hechas, las teníamos que armar nosotros mismos, nos daban las guaduas y los lazos para atarlas, nos demoramos un tanto pero lo hicimos bien, nos quedó muy resistente la balsita. Había que amarrar las bicis y los morrales sobre la balsa. Salimos en la cuarta posición a las 14:00 horas, a una hora de diferencia con los primeros: La Huerta de Oriente. La primera hora en el río fue miedosa, había mucha palizada en el río con la que se atascaba la balsa y sacarla era muy difícil por su peso. Nos atascamos con una super guadua atravesada en el río y para colmo de males llegó el quinto equipo y nos atasco más. La fuerza del agua y la otra balsa hizo que la bicicleta de Jorge se dañara, la llanta quedó hecha un 8 y el marco se torció, no sabíamos que daños podían tener las otras bicicletas. Decidimos desamarrar, volver a acomodar todo el equipaje y continuar. Al rato, vimos en el río un tramo peligroso, decidimos saltar de la balsa y dirigirla con la cuerda de seguridad hasta la orilla y pasar caminando lentamente por el tramo difícil. El río se volvió más tranquilo, más caudaloso, sin palizadas. Teníamos hambre y sed, no era posible sacar comida de los morrales. Hubo otros tramos duros en el río pero los fuimos sorteando; buscamos más varas para remar, nos robamos algunas de canoas, se nos iban al río y volvían a nosotros más adelante, finalmente los 4 remábamos.

Llegamos a una población llamada La Alambra, paramos en el puente y la gente del staff nos decía que allí no había PC, que como íbamos a parar. Nosotros tranquilos subimos hasta una tienda y comimos de todo, tomamos mucha gaseosa y agua, estando allí pasaron 4 equipos así que bajamos de nuevo a la balsa y ya ocupábamos la novena posición. Ya con todas las fuerzas empezamos a pasar equipos. Así, lento pero seguro, volvimos a estar de cuartos.

La noche estaba super estrellada, nos tocó ver estrellas fugaces. De vez en cuando se oía a lo lejos la bulla del agua contra las piedras y el corazón se nos aceleraba porque era indicio de peligro y posible volteada de la balsa. Tratábamos de alumbrar y escoger rápidamente el camino menos peligroso en el cauce: “derecha, derecha, rápido” En una piedra gigante casi nos volcamos, pero la suerte estaba con nosotros y salimos de esta situación. Jorge, Jimmy y Juanjo se cayeron en varias oportunidades al río durante los impactos con troncos y rocas, yo iba remando sentada entonces casi no sufrí.

A eso de las 24:00 del lunes vimos unas luces adelante ¡habíamos cogido a los dos equipos de la punta! EPM y Zue, lentamente superamos a estos dos equipos. Tras tantos percances estuvimos punteando la carrera por primera vez luego de 24 horas.

A las 2:40 del 24 de junio, luego de estar en el río La Vieja por 12 horas 40 minutos, llegamos de primeros a Puerto Alejandría, PCT5, una finca a orillas del río. Jorge se bajó a la lata a arreglar su bici, Baena y Jimmy se encargaron de desbaratar la balsa, y yo de organizar los morrales, llenar caramañolas, y alistar bicicletas. A 5 minutos llegaron los otros dos equipos, hicieron la transición lentamente para nuestra fortuna. Jorge arregló la bici a punta de golpes, la llanta terminó funcionando, rozaba un poco contra el tenedor de atrás, pero funcionaba, el sillín lo amarró con un hilo era un “cacho” de bicicleta. Nos hidratamos, comimos y nos fuimos de primeros de este PC a las 4:13.

Salimos por una carretera destapada, hacia la población de Quimbaya, allí desayunamos en una tiendita a las 6:00, huevo, arepa, café, energía a la lata. Seguía un ascenso más duro que Palmas, 16 Km hasta Filandia, donde estaba PC6. Había un taller de bicis abierto y trataron de arreglar la llanta, paramos 40 minutos de los cuales dormimos 20. Fue en vano, la llanta no mejoró lo suficiente. En esta parada, nos alcanzó EPM y Zue, EPM paró a desayunar y Zue continuó con nosotros hasta PC7. Antes de llegar a PC8 se pincharon, si quiera porque nos hubiéramos reventado, iban a muy buen paso. A PC8 llegamos solos a las 9:40 y de allí había que seguir las indicaciones hasta PC9. Fue un tramo muy largo, por unas fincas de extracción de pinos, mucho pantano, mucha loma. En este pedazo se nos unió al equipo un perrito negro, muy lindo, feliz con nosotros, no se quiso devolver para su casa. También la suerte nos acompañó pues nos encontramos con un ángel humano a quien le preguntamos el camino ¡la suerte de campeón! Llegamos a las 13:20 a PC9 y dejamos allí al perrito. Seguía un descenso hasta Santa Rosa de Cabal, PCT10.

Llegamos a las 13:58 horas a PCT10, dejábamos las bicis y teníamos que parar obligatoriamente 1:30 horas. Aquí medio descansamos y alistamos los morrales para el trekking. Jimmy casi se mata en las gradas del coliseo, no se cayó porque es un gato y alcanzó a saltar de espaldas escalón por escalón, que susto, solo se lesionó el talón de Aquiles y siempre le molestó un poco durante la carrera. Dormimos más o menos 15 minutos. A las 16:20 horas del martes arrancamos a caminar. A este PC, solo había llegado EPM.

Nos dirigimos por una carretera destapada hacia los termales de San Vicente, a 18 Km del pueblo. De allí tocaba buscar unas haciendas y preguntar como era la ruta. A eso de las 21:00 a Jorge y a mi nos cogió un sueño tremendo, así que decidimos parar 15 minutos a recuperar el sueño. Nos levantamos muy fríos. Caminamos hasta la finca La Linda, el señor estaba super dormido pero nos dio las indicaciones del camino. En el corredor dormimos 45 minutos, nos despertó el frío, nos pusimos los pantalones impermeables y a caminar. Fuimos encontrando las siguientes haciendas fácilmente, pero después de la hacienda Cortaderales nos extraviamos por más de 3 horas. A eso de las 5:30 del miércoles 25 de junio, nos dividimos para buscar el camino, Jimmy y yo nos fuimos tras una alucinación: los dos veíamos a lo lejos una casa con chimenea y todo, así que fuimos hacia esa casa haber si había gente, subimos y subimos y no encontramos nada, el cansancio hacía sus estragos. Luego encontramos un camino por ahí a las 6:00, por fin nos dimos cuenta de que esa era la brecha indicada por los campesinos. Así fue como encontramos la hacienda el Porvenir. En este lugar pedimos desayuno, nos dieron arepa, arvejas con lentejas, arroz y chocolate ¡vaya suerte! para acabar de ajustar, nos prestaron las camas con cobijas y todo. Dormimos una deliciosa y cálida hora.

Continuamos por la carretera siguiendo la bitácora, preguntábamos en todas las fincas si habían visto pasar a otro equipo, no habían visto a nadie, así que creíamos que seguíamos de primeros, pero cuando llegamos a la hacienda Campanario, la señora de la casa nos dijo que ya había pasado un equipo, era EPM. Desde allí tocaba bajar por una ladera hasta el cañón del río Claro y luego subir por la otra ladera, que loma tan brava, pero que paisaje, que río, el color verde de esa montaña ¡espectacular! El siguiente PC era PC11, allí hacíamos la prueba de cuerdas. Al llegar allí, a las 14:50, nos informaron de la cancelación de la prueba de cuerdas por peligrosa, y que EPM había pasado hacía 50 minutos.

¡Y siga! que solo lleva 23 horas caminando y tan solo le faltan 21 horitas, también caminando. Teníamos que llegar hasta La Cueva y subir por la cascada hasta El Cisne. El sueño lo calmamos con un “delicioso” tinto que hicimos con grano sin moler en caramañolas con sabor a suero. A Jorge le dio una pálida antes de llegar al Cisne, Juanjo y Jimmy le cargaron el morral, estaban fortachos. A mí también me iba dando la pálida de hambre, se me acabó la comida. Llegamos a PC12 a las 23:20, estaba haciendo un frío terrible, aquí era obligatorio descansar 90 minutos. Dormimos una hora, casi que no nos levantamos. La temperatura estaba a 12°C bajo cero, solo pensar en ponerse esas medias mojadas daba ganas de llorar. Cuando fuimos a salir de este PC, a las 2:00, EPM nos llevaba 2 horas 40 minutos

Esa madrugada estaba helada, había mucho viento. Para tratar de acortar la diferencia con EPM, Jimmy sacó su super brújula y escogió hacer todos los atajos posibles: la curva “Del Putas”, todos los arenales, caminamos muy poco por la carretera. Es muy duro andar por los atajos y algunas veces peligroso, como el atajo de la curva “Del Putas” que nos tocó escalar sin cuerdas y sin ninguna seguridad, gracias a Dios era de noche y no veíamos los precipicios. En este tramo descubrí que tanto peso tenía mi opinión en el equipo, pero bueno, si quiera no hicieron caso al dolor que sentía en mis tobillos, porque de lo contrario, no hubiéramos alcanzado a EPM. A eso de las 6:00 nosotros caminábamos sobre las morrenas del costado derecho de la carretera que conduce al refugio del Ruiz y sobre ésta vimos caminando lentamente a 3 personas de EPM, presentimos que algo en ellos andaba mal. Llegamos juntos al refugio, PC13, y nos enteramos que 3 de ellos habían sufrido hipotermia y el cuarto hombre se adelantó a buscar ayuda.

Los dos equipos comenzamos juntos el ascenso a la cumbre del Ruiz, eran las 7:15 del jueves 26 de junio, una mañana hermosa, totalmente despejada y soleada. Todos estabamos cansados, pero el frío causó más estragos en EPM. Jorge también se sentía ensorochado, Baena recibió mi morral y yo cargué el de Jorge, así subimos lentamente la parte de la morrena hasta llegar al glaciar. Solo alzar la cabeza y ver al lo lejos el Santa Isabel y el nevado del Tolima, te daba la energía necesaria para seguir caminando.

Cuando estabamos armando nuestra cordada, nos dimos cuenta que Diana, la mujer de EPM, se devolvía hacia el refugio, lo que nos alentó para llegar los cuatro juntos a la cumbre, sabíamos que, por cada persona que no hiciera cima, se daba una penalización de una hora, la carrera estaba servida. En el glaciar, caminábamos 20 pasos y descansábamos hasta que Jorge diera la señal de OK.

A las 8:00 llegamos felices a la cima, a 5250 msnm mero piscinazo hasta tomar el banderín. Fue lo más emocionante de la carrera, sabíamos bien, que quien subiera primero a la cumbre, era prácticamente el ganador. Además, el día era hermoso, estar allá parados, en la cima, sabiendo que en ese momento arriba de nosotros solo estaba Dios, poder observar medio mundo es algo indescriptible.

Bajamos hasta P14 que era en el campamento de alta montaña a 5000 msnm. Luego otra vez hasta el refugio, PC15, allí medio comimos y arrancamos a la lata caminando hasta el retén de Brisas, PC16. Otras dos horas más para darle fin a un trekking nunca antes hecho, 44 horas, tremenda patoneada.

Cogimos las bicis, en PC16 a las 12:40. Cambio de actividad, pero todos los dolores salían a flote, sólo era bajando, el cansancio era total. Pasamos rápidamente por PC17 el Hotel Termales del Ruiz a las 13:28, la bajada seguía hasta la Enea. La carrera parecía ser nuestra, pero tuvimos otro tras pie: Juanjo reventó el tensor, colocaron la cadena directa y siga bajando, cuando llegamos al pavimento a pedalear, se reventó esa bendita cadena nuevamente, entonces a Juanjo le tocó trotar y empujar su bici. Mirábamos hacia atrás cada segundo para ver si EPM estaba cerca. La llegada a la meta tenía un ascenso de 5 Km así que también fue empujado y trotando con la bici, del susto no sentimos ni cansancio.

Hasta que por fin llegamos al Parque Los Yarumos en Manizales ¡allá estaba la meta! Después de 78 horas y 30 minutos terminamos, que emoción ¡ganamos! por fin ¡por fin ganamos! que sentimiento tan gratificante. Todo el staff, los periodistas y los aficionados felices con nosotros, viéndonos llegar a la meta y coronarnos campeones, demasiado emocionante. llegamos mama’os pero felices!.

Robamos prensa a la lata, televisión, fotos, mejor dicho, cual equipo de fútbol, super bacano, que cubrimiento tan bueno, hasta entrevista en vivo en Tele Café. Solo 4 equipos terminaron rankeados y los otros pasaron a la categoría Aventura: EPM llegó segundo a 3 horas, el tercer equipo fue Cabras de Bogotá a 20 horas y luego Balance Total.

Después de intentarlo en 3 oportunidades, por fin nosotros, Los Correcaminos logramos hacer realidad un gran sueño: terminar rankeados, completos y adicionalmente victoriosos.

Escrito por: Ana María Marín @marinanama