A 4000 metros bajos la lluvia

Historias de montaña y aventura

Año 2011, primera carrera internacional para el equipo de aventura Nómadas, conformado por Baena, Caliche, Olguita y yo, Santiago. Viajamos a Ecuador para competir en el Huairasinchi, una reconocida competencia del circuito mundial de carreras de aventura, muy exigente pues cada año sus recorridos se caracterizaban por tener alturas que podían superar los 4000 msnm donde se tienen niveles de oxígeno a los que normalmente no estamos acostumbrados, pero igual allí estábamos, en Quito, aguantando frío y ansiosos de que empezara esta aventura.

Estuvimos 2 días en Quito realizando los registros y demás preparativos que demandaba la carrera, en la cual habría que hacer un recorrido de 400 Km durante tres días, atravesar páramos en la cordillera de los Andes y finalizar en la región del Amazonas. Se dio inicio a la carrera con una rápida etapa de ciclomontañismo, donde la navegación y correcta lectura del mapa la supieron aprovechar varios equipos, como nuestros compañeros del equipo Nómadas 2 conformado por Nati, Julián, Rafa y Jimmy. Nosotros no observamos un atajo y al llegar a la primera transición nos habían cogido ya varios minutos los primeros equipos.

Comenzaba la exigente segunda etapa de la carrera, aproximadamente 30 Km de alta montaña con muchísimo desnivel, se debía subir a dos picos a 4000 msnm. Sabíamos que no iba a ser fácil pero confiábamos en tener buen clima y que las 12 horas que pronosticó la organización para hacer este recorrido se pudieran cumplir. Eran las 10:00 am, empacamos suficiente comida y líquido para pasar el resto del día en las montañas y arrancamos a buen paso.

Subimos la primera montaña sin mayores inconvenientes, junto a otro equipo de Dinamarca tomamos una ruta muy técnica con demasiadas rocas volcánicas grandes y sobrepuestas, debíamos caminar con mucho cuidado pues muchas de estas piedras eran inestables y podíamos lesionarnos. Al llegar al puesto de control, en lo alto de la montaña, parecía que nos había ido bien y habíamos ganado un par de posiciones, así que motivados comenzamos a descender al próximo PC a 3000 msnm. Pero no todo podía ser tan fácil, comenzó la lluvia y el frio comenzó a golpearnos.

Faltaba poco para el próximo PC, pero nos preocupaba el tiempo de corte, pues debíamos llegar allí antes de las 7:00 pm. Tratamos de agilizar el paso pero la lluvia y el frío hacían que nos moviéramos más lento. De repente debimos parar, no podíamos continuar en el rumbo que íbamos pues al frente nos encontramos con una gran manada de toros salvajes, de los cuales nos habían advertido tener precaución ya que en la zona no eran domésticos. Tuvimos que cambiar nuestro rumbo de inmediato, nos desanimamos porque al parecer no íbamos a poder alcanzar a pasar el corte pero tocaba seguir con el nuevo rumbo.

Oscureció y justo antes del corte pudimos llegar al PC, hacía demasiado frío, el clima no mejoraba, ya íbamos a ajustar las 12 horas, pronto se nos acabaría la comida y el líquido ya nos lo habíamos tomado. En ese momento llegó el equipo de Dinamarca en circunstancias similares a la nuestra y decidieron retirarse, sabían que no nos esperaba una buena noche.

Sabíamos que no era fácil lo que seguía pero tan solo era el primer día de carrera y todavía podíamos continuar haciendo el recorrido completo. Mientras tanto, veíamos linternas de otros equipos tratando de bajar la montaña, sabiendo que no cruzarían el PC antes de las 7:00 pm. Decidimos seguir, comer las últimas galletas y recoger agua de los arroyos que se formaban en el camino por las lluvias para potabilizarla con pastillas y poderla beber. El camino cada vez se complicaba más, se perdía en medio de la vegetación y la noche.

La lluvia no paro en toda esa noche, el camino se hacía muy difícil de seguir y aunque en lo alto veíamos las luces a donde debíamos llegar no podíamos encontrar el camino del filo de la montaña. Tomamos una decisión: subir por el costado de una de las quebradas, así lo hicimos unos pocos metros pero la vegetación era tan espesa que nos obligó a abrir camino entre la montaña y subir poco a poco haciendo un esfuerzo grande por abrir camino.

Se hacía tarde, eran casi las 2:00 am y llevábamos mucho tiempo abriendo camino, desgastándonos físicamente por un terreno muy empinado y enmarañado, ya no avanzábamos casi. Nos turnábamos para abrir camino pero era inútil, cada 4 pasos debíamos parar a descansar, la altura jugaba en nuestra contra, así que decidimos tratar de dormir hasta el amanecer.

Creo que esa fue la etapa más difícil de la carrera, la de dormir, nos encontrábamos casi a 4000 msnm, mojados totalmente, con un desgaste físico demasiado alto, sin una buena alimentación e hidratación, en un terreno exageradamente empinado (acostados nos resbalábamos un poco). Continuaba la lluvia así que solo nos quedaba una opción: desnudarnos completamente, meternos a los vivac de supervivencia y rezar para que amaneciera pronto. Ese fue nuestro descanso, no éramos capaces de dormir, el tiempo parecía que se hubiera detenido y los dedos comenzaban a doler del frío.

A las 5:30 am debíamos “despertar”, ponernos de nuevo la ropa mojada para poder continuar. El frío era impresionante, solo tiritábamos y pedíamos que amaneciera, pero como todo tiene una recompensa, amaneció y pudimos observar uno de los mejores paisajes que hemos visto en la vida, un nevado y alrededor un páramo impresionante, un páramo vivo y sin humanos, un recuerdo muy bonito y que agradecemos haber vivido. Ya con todo el ánimo arriba, pudimos ver un camino claro para terminar de subir, marcar el PC y continuar hasta la próxima transición donde soñábamos encontrar un rico chocolate caliente y una sopa ojalá hirviendo.

A las 9:00 am terminamos esta desafiante etapa, donde solo 5 equipos habían logrado la transición. Allí, nos esperaban nuestros amigos de la asistencia, Jorge y Ana muy alegres de vernos, tenían todo listo: ropa limpia y seca, bicis, hidratación, frutas, galletas, de todo, menos lo que más ansiábamos ¡comida caliente! Todo por nuestra culpa, pues por demorarnos más de 12 horas se les había acabado la pipeta de gas recalentando cada hora la sopa para que cuando llegáramos nos tocara caliente, que desilusión, es algo muy simple en estos momentos pero ese día significaba oro para nosotros; tocó comer cereal con yogur bien helado y salir rápido en bici a ver si los dedos volvían a sentirse normales (duraron 8 días sin buen sentido del tacto)

Habíamos pasado una gran experiencia, sin duda la noche más fría que hayamos tenido, ya lo que seguía, en comparación, era un paseo, un descenso en bici a 2000 msnm para realizar otro trekking, más bici, mas trekking pero en las selvas del Amazonas, kayak sobre una vertiente del río Amazonas y un último trekking hacia la meta. Fueron muchas más historias inolvidables en esta carrera y una gran experiencia para nosotros, nos consolidamos como equipo, logramos llegar a la meta, aprender de algunos de los mejores equipos de esos años, Thule de Francia y Buff de España y gozar como locos de las montañas y de los buenos amigos.

Escrito por: Santiago Isaza @nomadas_adventure_team